La ciberseguridad es cada vez más importante en la actualidad, debido al aumento de la digitalización, que implica el uso intensivo de las tecnologías digitales en todos los ámbitos de la sociedad. La digitalización ofrece múltiples beneficios, como la mejora de la productividad, la innovación, la comunicación y el acceso a la información. Sin embargo, también conlleva riesgos y desafíos, como la exposición a ciberamenazas o la vulnerabilidad de los datos personales o empresariales.

Las empresas son uno de los principales objetivos de los ciberdelincuentes, que buscan obtener beneficios ilícitos o causar daño a sus competidores o a sus clientes. Los ciberataques pueden afectar a la continuidad del negocio, al robo de información sensible o confidencial, a la pérdida de confianza de los clientes y proveedores, a la violación de la normativa de protección de datos y a la imposición de sanciones o indemnizaciones.

Por ello, las empresas deben proteger sus datos, que son uno de sus activos más valiosos.

La protección de datos implica adoptar medidas técnicas y organizativas para garantizar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los datos frente a posibles incidentes o ataques.

Realizar un análisis de riesgos para identificar las amenazas y vulnerabilidades a las que se enfrentan los sistemas y los datos es, por tanto altamente recomendable.

En una empresa digitalizada es imprescindible utilizar herramientas y soluciones tecnológicas adecuadas para prevenir, detectar y responder a los ciberataques, como sistemas de monitorización, alerta y respuesta ante incidentes (SIEM), sistemas de prevención de intrusiones (IPS), sistemas de detección de anomalías (ADS), sistemas de gestión de identidades y accesos (IAM), entre otros.

La ciberseguridad y la protección de datos son aspectos clave para el éxito y la competitividad de las empresas en el contexto actual. Las empresas deben asumir la responsabilidad y el compromiso de garantizar la seguridad y la privacidad de sus datos y los de sus clientes. Solo así podrán aprovechar las oportunidades que ofrece la digitalización y generar confianza en el mercado.

A continuación os contamos algunos ejemplos de ciberataques y como afectaron a empresas u organizaciones:

  • El ransomware: Consiste en cifrar los datos de la empresa y pedir un rescate para liberarlos. Un ejemplo reciente es el ataque al oleoducto Colonial Pipeline en Estados Unidos, que provocó el cierre temporal de la infraestructura y el pago de unos 4,4 millones de dólares en bitcoins.

  • El phishing: Mediante la suplantación de la identidad de una entidad legítima se envían correos electrónicos para obtener información sensible o inducir al usuario a hacer clic en un enlace malicioso. Un ejemplo reciente es el ataque a SolarWinds, una empresa proveedora de software de gestión de redes, que comprometió a miles de organizaciones gubernamentales y privadas al insertar un código malicioso en una actualización.

  • El robo de datos: Es una técnica que trata de acceder ilegalmente a los sistemas de la empresa y extraer información confidencial. Un ejemplo reciente es el ataque a Facebook, que expuso los datos personales de más de 500 millones de usuarios, incluyendo nombres, números de teléfono y direcciones de correo electrónico.

En conclusión, una empresa que apuesta por la digitalización debe considerar la ciberseguridad como una inversión estratégica y no como un gasto.

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